martes, junio 23, 2009

SOS por la contaminación del agua

La presencia en las aguas subterráneas de sustancias nocivas procedentes de la industria y de los vertederos de residuos constituye un grave problema El 50% de la población de la UE vive en regiones en las que no se depuran las aguas residuales.
La presencia en las aguas subterráneas de sustancias nocivas procedentes de la industria y de los vertederos de residuos constituye un grave problema
El 50% de la población de la UE vive en regiones en las que no se depuran las aguas residuales
Las medidas comunitarias que regulan los vertidos de plantas industriales han disminuido la contaminación debida a metales pesados en muchos ríos
El control de la contaminación del entorno marino depende primordialmente de las medidas tendentes a limitar las fuentes terrestres de contaminación
El agua, necesaria para los procesos fisiológicos y base de la vida de hombres, animales y plantas, se encuentra siempre en los ciclos generales de evaporación, condensación, precipitación y desagüe. Este elemento natural se caracteriza por sus múltiples usos: abastecimiento de agua potable, irrigación, refrigeración, eliminación de desechos, medios de transporte, ocio y deportes, enriquecimiento paisajístico, etc.

Los recursos totales de agua de la Tierra se estiman en 1.500 millones de Km3 y los océanos cubren el 71% de la superficie terrestre. Sin embargo, el 97% de los recursos de agua están constituidos por agua de mar, es decir, agua salada inadecuada para el consumo humano. La proporción de agua dulce utilizable de las reservas totales alcanza el 0,3% y la mayor parte de las reservas de agua dulce se encuentra en las enormes masas de hielo de los polos y de los glaciares de la montaña.

APROVECHAMIENTO DEL H2O
De 1970 a 1995, el promedio anual de consumo de agua en la Unión Europea aumentó de 600 a 1000 m3 por persona. En función del volumen de la industria, el grado de irrigación en la agricultura, la estructura de la población y el clima, el consumo de agua es muy diferente. Mientras que en España, Dinamarca, Grecia, Italia y Portugal la agricultura es el principal sector consumidor, en Bélgica, Francia, Alemania, Irlanda, Luxemburgo y el Reino Unido es la industria la que consume el mayor porcentaje.
El nivel de consumo de la población en las regiones secas de España es más de 8 veces mayor que en Luxemburgo. El consumo per cápita de la población se ha mantenido relativamente constante en la mayoría de los Estados miembros de la Unión Europea desde 1980, aunque en Grecia, España y Portugal ha aumentado sensiblemente, lo que principalmente debe achacarse a un mayor consumo en la agricultura.

ANÁLISIS DE CALIDAD
En el ámbito europeo, las aguas subterráneas contribuyen en un 75% al abastecimiento de agua potable, mientras que en España representan un 88% y en Dinamarca incluso un 98%. La contaminación de las aguas subterráneas con sustancias nocivas procedentes de la industria y de los vertederos de residuos constituye un grave problema, sobre todo en los Estados más desarrollados.
Además, la principal causa de esta contaminación -que entraña un importante riesgo para la salud- son las elevadas concentraciones de nitratos, debidas, en su mayor parte, a la utilización de abonos minerales y a la evacuación del purín en las regiones que practican la ganadería intensiva. En muchas regiones de la Unión Europea se descubren elevadas concentraciones.
En Dinamarca, por ejemplo, el contenido medio de nitratos de las aguas subterráneas se ha triplicado a lo largo de los pasados treinta años y aumenta anualmente en alrededor de 3,3 mg/l, por lo que un 8% del agua procedente de las centrales danesas de abastecimiento de agua presenta ya unas concentraciones de nitratos superiores al valor límite de la Unión admisible de 50 mg/l.
Se estima que unas 800.000 personas en Francia, 850.000 en el Reino Unido y 4.000.000 en Alemania consumen agua con unas concentraciones de nitratos superiores al valor límite comunitario admisible (Directiva 75/440/CEE relativa a la calidad requerida por las aguas superficiales destinadas a la producción de agua potable en los Estados miembros, modificada por última vez por la Directiva 91/692/CEE).
Dado que una gran parte de las sustancias nocivas arrastradas por las aguas no han alcanzado todavía los acuíferos, el contenido de nitratos de las aguas subterráneas procedentes de los pozos situados en zonas llanas de los Países Bajos, Bélgica, Dinamarca y Alemania no alcanzará, aunque se respete la directiva comunitaria relativa al agua potable, hasta dentro de entre 25 y 50 años un nivel aceptable, si bien la utilización de abonos ha disminuido en algunos Estados miembros en los últimos tiempos.

ÁREAS DESFAVORECIDAS
En lo que respecta a las principales sustancias nocivas contenidas en las aguas superficiales de la Unión Europea puede darse la siguiente visión de conjunto:
Las aguas residuales no depuradas o insuficientemente depuradas constituyen un problema en muchas regiones. El 50% de la población de la UE vive en regiones en las que no se depuran esta agua. Estos problemas son mayores en las regiones menos desarrolladas (mientras que el 94% de los portugueses viven en regiones que no dispone de plantas de depuración, en Dinamarca sólo carece de ellas el 2% de la población).
Hay que ayudar a las regiones menos favorecidas en sus esfuerzos por aplicar la directiva Europea adoptada recientemente según la cual todas las ciudades de más de 15.000 habitantes tienen que tener después del año 2000 plantas de depuración de aguas residuales y todos los demás municipios deberán disponer de éstas antes del año 2005.
El continuo incremento de la concentración de nitratos y de fosfatos en las aguas de la UE provoca el desarrollo de algas lo que hace todavía más costoso el tratamiento del agua.
Como consecuencia de las medidas comunitarias que regulan los vertidos de sustancias perjudiciales convencionales procedentes de plantas industriales, ha disminuido la contaminación debida a los metales pesados en muchos grandes ríos. En el Rin, por ejemplo, la contaminación debida al plomo se redujo a la mitad en el período comprendido entre 1975 y 1985. Esto es debido asimismo a la cooperación internacional en este ámbito. Los acuerdos relativos a la protección del Danubio, del Elba o del Oder constituyen otros ejemplos de ello. Desgraciadamente no se han celebrado todavía acuerdos con vistas a la protección del Sambre/Mosa y del Escalda, ríos transfronterizos que están muy contaminados.
Dentro de los objetivos de la calidad hay un gran número de directivas que establecen criterios en forma de listas de parámetros y de valores numéricos válidos para el agua destinada a determinados usos; por ejemplo, para las aguas de baño, las aguas dulces, el agua potable y las aguas destinadas a entrar en contacto con la alimentación humana, así como para los métodos de medición y de análisis de las aguas superficiales destinadas a la producción de agua potable.

VALORES LÍMITES
En lo que se refiere al vertido de sustancias peligrosas en el medio acuático por parte de empresas industriales, la legislación europea ha adoptado la solución de fijar valores límites obligatorios. Así, los Estados miembros pueden optar, a este respecto, por los objetivos de calidad, con la obligación, en tal caso, de demostrar que respetan dichos objetivos.
La “Directiva básica” 76/464/CEE, adoptada en 1976, contiene una “lista negra” de 129 sustancias peligrosas debido a su toxicidad y bioacumulación. Esta directiva fue completada en diciembre de 1979 por la Directiva 80/68/CEE relativa a la protección de las aguas subterráneas contra la contaminación causada por determinadas sustancias peligrosas. En aplicación de estas medidas legislativas se aprobaron directivas concretas relativas a los valores límites y a los objetivos de calidad para los vertidos de cadmio, hexaclorociclohexano (HCH) y mercurio.
En julio de 1989, se adoptó la Directiva 89/428/CEE por la que se fijan las modalidades de armonización de los programas de reducción con vistas a la supresión de la contaminación producida por los residuos industriales precedentes del dióxido de titanio. De conformidad con dicha directiva en 1989 se fijó que estaba prohibido el vertido en las aguas de los residuos más peligrosos, en especial, de los residuos sólidos y fuertemente ácidos procedentes de antiguos establecimientos industriales.
Respecto a las aguas de baño la directiva 76/160/CEE relativa a la calidad de las aguas se baño se adoptó con objeto de evitar la transmisión de enfermedades infecciosas.
La calidad ecológica del agua está determinada en el decimotercer informe de la Comisión sobre las aguas de baño, publicado en mayo de 1996, donde se señaló que 3.000 de las 18.000 playas examinadas en la UE no cumplían con los requisitos establecidos en la directiva. El balance es aún negativo para las playas interiores: 1.700 (es decir, un 30%) de estas playas no cumplen los requisitos.

PRESERVAR EL ESPACIO MARINO
A menudo, los efectos de la contaminación del mar sólo resultan sensibles a gran distancia de la verdadera fuente. Se estima que la mitad aproximadamente de todas las sustancias que contaminan los mares tienen origen terrestre y llegan al mar bien directamente a través de los vertidos o por intermedio de los ríos. Además, alrededor de un tercio de dichas sustancias proceden de aportaciones atmosféricas y sólo un cuarto escaso tiene su origen en el mar. Por consiguiente, el futuro control de la contaminación del entorno marino depende primordialmente de las medidas tendentes a limitar las fuentes terrestres de contaminación situadas en la mayoría de los casos en las regiones costeras. Los principales focos de problemas son:


Los nutrientes (fosfatos y nitratos), resultantes de una mayor utilización de abonos, que tienen como consecuencia un fuerte incremento del crecimiento de algas, la desaparición del oxígeno, la muerte en masa de los animales marinos y la disminución del turismo.
La falta de plantas depuradoras de aguas residuales, sobre todo, en el Mediterráneo.
Los metales pesados y los compuestos orgánicos procedentes de plantas industriales.

Para limitar las fuentes de contaminación de origen directamente marino (vertido de sustancias desde buques, incineración y vertidos de residuos, mareas negras, etc.) se celebraron en los años sesenta diversos acuerdos internacionales. En el Mediterráneo, los vertidos de petróleo debidos a accidentes, fugas, limpieza de tanques y naufragios representan hasta un millón de toneladas anuales.
Se puede apoyar esta afirmación en el ejemplo de tres casos de contaminación de aguas:
La protección del Mar del Norte es objeto del Acuerdo de Bonn sobre la cooperación en materia de lucha contra la contaminación del Mar del Norte por hidrocarburos y otras sustancias peligrosas. Los temas más importantes tratados en la cuarta Conferencia del Mar de Norte, que se celebró los días 8 y 9 de junio de 1995 en Esbjerg (Dinamarca), se referían a la protección de las especies y de los hábitats naturales en el Mar del Norte, al desarrollo duradero de la pesca, a la forma de evitar la contaminación en particular producida por los buques, las plataformas de prospección y el vertido de sustancias peligrosas, así como la eliminación de residuos radioactivos. Al final de la Conferencia se adoptó una declaración en la que se fijaban los nuevos objetivos para la protección del mar y la lucha contra la contaminación.
La protección del Mar Báltico es el objeto del Convenio sobre la pesca y la conservación de los residuos vivos en el Mar Báltico y los Belts, conocido con el nombre de Convenio de Varsovia. En su Resolución de 19 de enero de 1993 sobre las medidas a favor de la regeneración y para evitar la contaminación del Mar Báltico, el Parlamento Europeo ha establecido una lista de exigencias.
El Mediterráneo es objeto de diversos acuerdos suscritos por la UE relativos, por ejemplo, a la protección del Mar Mediterráneo contra la contaminación causada por vertidos desde buques y aeronaves (Acuerdo de Barcelona de 16.2.1976) y a las zonas especialmente protegidas del Mediterráneo. En la Conferencia sobre el Mediterráneo celebrada en Barcelona las partes acordaron efectuar modificaciones en el Convenio de Barcelona. En dicha conferencia se adoptó además una resolución sobre la protección del Medio Ambiente y el desarrollo duradero en la Cuenca del Mediterráneo en la que se establecían objetivos concretos para la disminución de las emisiones de sustancias tóxicas hasta el año 2005, así como la segunda fase del plan de acción para el Mediterráneo. En éste se trata en particular de la protección de las zonas costeras, de la gestión duradera de los recursos naturales y de la necesidad de tener en cuenta los aspectos medioambientales en el desarrollo económico y la ordenación del territorio.
Con la acción “Bandera azul”, coordinada por la Fundación para la Educación y el Medio Ambiente y apoyada por la Comisión, que se realizó por primera vez en 1987 en el marco del Año Europeo del Medio Ambiente, 1.157 playas y 407 puertos de la Comunidad recibieron una distinción en 1995. Esta se concede a las playas y a los puertos que responden a determinados criterios, tales como limpieza, infraestructuras de salvamento, higiene e información al público. Se espera que esta distinción se convierta en un criterio de selección para los turistas y, en consecuencia, en un incentivo para los responsables en sus esfuerzos por alcanzar los objetivos de calidad.

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